La energía que somos.

energiaCuando miramos a nuestro alrededor observamos que las plantas crecen, los animales se mueven y que las máquinas realizan las más variadas tareas. Todas estas actividades tienen en común que precisan de la energía para poder existir. La energía es una propiedad asociada a los objetos y sustancias y se manifiesta en las transformaciones que ocurren en la naturaleza, en los cambios físicos, por ejemplo, al elevar un objeto, transportarlo, deformarlo o calentarlo. La energía está presente también en los cambios químicos, como al quemar un trozo de madera o en la descomposición del agua mediante la corriente eléctrica.
Las experiencias, vivencias y testimonios sobre el carácter energético del ser humano, (mente, cuerpo, emoción, espiritualidad), son incontables. Recordemos que los mecanismos de la acupuntura, del yoga, de la meditación, del feng-shui, del aura, del estado alterado de conciencia, pueden ser expresados en términos de energía que fluye por determinados meridianos o de energía mental, emocional o espiritual.
Las cosas no vienen solas. Es preciso desarrollar la conciencia y recargar los campos energéticos si queremos saltos cuánticos en los resultados, si deseamos obtener respuestas distintas. Fue Einstein quien dijo: “Todo lo que nos rodea, incluidos nosotros mismos, está hecho de energía”. Imaginemos por un instante la música que nos llega de un piano o de una flauta. Fijemos nuestra atención en cómo capta nuestro oído sus graves y sus agudos, como sus notas generan un estado emocional y cómo nos estimula o calma. ¿Alguno pensaría que sólo son notas? ¿Son notas simplemente lo que nos hace vibrar en nuestro asiento? Y sin embargo esas notas manejadas por uno u otro virtuoso del piano o de la flauta, nos llegan al alma hasta convertirla en una gama de emociones, en un arco iris de sensaciones que van desde la nostalgia íntima a la explosión emocional. ¿Sólo son notas? Esas vibraciones sintonizan con las vibraciones que produce nuestro cerebro. Lo que llamamos ideas, pensamientos, solución de problemas, acciones innovadoras,… serían como campos energéticos en permanente fluir del desorden al orden, reorganizándose cada vez que algún elemento o información lo altera. Cuando creamos un “campo de energía” en el que se involucran muchas personas comienza un nuevo futuro en nuestras mentes y un espacio permanente de encuentros de creatividad comunitaria y social. Cuando unimos nuestras energías todo se puede conseguir, y cualquier estado o situación, por permanente o inalterable que parezca, se puede cambiar.