Cromoterapia, el poder los colores.

arco+irisCuando vemos un color, de manera voluntaria o involuntaria lo catalogamos: me gusta o no me gusta. Esto mismo lo hacemos con un conjunto de colores, y ocurre porque tenemos asimilado, desde pequeños, asociaciones emocionales con los distintos colores. La percepción del color va acompañada de un complejo de sensaciones, táctiles, auditivas y aromáticas, que provocan emociones. Éstas que, fisiológicamente hablando, son sustancias químicas liberadas por las diferentes glándulas endocrinas, ejercen una influencia somática. Así se relacionan la mente y el cuerpo. Lo que sentimos, lo somatizamos con el mismo grado de intensidad que una percepción física, nuestro cuerpo siempre intenta compensar lo que nuestras emociones sienten, a base de liberar sustancias en el torrente sanguíneo.
Cuando preferimos un color es básicamente porque nos hace sentir bien, los motivos pueden ser diversos, como por ejemplo, experiencias asociadas a un color o a varios colores determinados. Si un color nos atrae, puede ser por afinidad hacia esa sensación o por la necesidad que ese tono de color representa para nosotros, lo que nos faltaría, lo que nos gustaría que fuese. Los colores tienen un significado subjetivo, que es el que representan para nosotros en un momento: nos gustan, nos repelen, nos causan indiferencia. Pero también tienen un significado objetivo, como demostró Max Lüscher, que indicó en sus tests cuáles eran los cuatro colores básicos psicológicos. El azul oscuro, que representa la profundidad de sentimiento y las relaciones, el verde que representa la constancia de voluntad, el control interno y la capacidad de disfrutar, el rojo que representa la fuerza de voluntad, la actividad, la iniciativa y la reacción ante los desafíos, y el amarillo que representa la espontaneidad y la expectativa, la anticipación y la proyección hacia el futuro.
Cuando las luces coloreadas se exponen a los ojos, teniendo en cuenta que la luz no sea dañina para la vista, o si se observan los colores ambientalmente, se producen efectos globales de aumento de bienestar, de reducción de síntomas en algunas patologías, de desaparición de malestares psicofisiológicos en enfermedades principalmente ligadas al estrés, a defensas bajas y a la somatización de las tensiones mentales. Recordemos que científicamente está comprobado la relación entre el color y su significado psicológico, y que también sabemos de la somatización del estrés, incluso que nuestro cerebro es engañado por sus sentidos, y así cuando vemos a una persona ejecutando un deporte, se activan en nuestro cerebro los mismos mecanismos que se producirían si lo estuviéramos practicando nosotros mismos. Algunos estudios dicen que si nos imaginamos haciendo deporte, tal y como lo haríamos si fuera real, se produce una mejora en el tono de nuestra musculatura. Quizás sea ese efecto comprobado el que lleve a que las luces de colores al entrar en contacto con nuestra visión transmitan mensajes deseables para nuestro organismo en forma de ondas y éste traduzca esas ondas en frecuencias eléctricas que reduzcan el nivel de estrés, disminuyendo así los desequilibrios hormonales o de sustancias relacionadas con los síntomas que presentemos. De esta forma podríamos intentar reequilibrar nuestro organismo y así provocar el alivio sintomático y cierta recuperación emocional, necesaria para el buen funcionamiento de las defensas naturales del cuerpo, con lo que esas buenas emociones también se somatizarían.

Los colores básicos y sus características.

Rojo: su influencia en las emociones eleva el ánimo haciendo a la persona más activa; actúa sobre el corazón, los riñones, los pulmones y los huesos. Es utilizado en problemas de la piel y en heridas que anteriormente han estado infectadas.

Naranja: representa el amanecer; interviene en la cordialidad y la bondad. Se considera el color más importante para tratar la depresión y el cansancio.

Amarillo: simboliza el estado de alerta, la intelectualidad, trabaja en el aprendizaje y la atención, influye en la actividad del hígado, el estómago, intestinos, vejiga y algunos órganos del sistema endocrino.

Verde: personaliza la armonía y la curación. Se recomienda a las personas hiperactivas; ayuda a expulsar sustancias tóxicas del cuerpo, es indispensable para huesos y articulaciones.

Azul: representa la paz, es el color del cielo y el océano, tiene propiedades antisépticas, es beneficioso para el cansancio y el sueño, ayuda a combatir el dolor y a bajar la presión sanguínea.

Violeta: es el color espiritual, ayuda a la meditación, a la imaginación y a la intuición; se le atribuye el buen funcionamiento del bazo y se utiliza para tratar la menopausia y la osteoporosis.