Solfeggio.

Las frecuencias del solfeggio de los sonidos armónicos fueron la base de la música original utilizada en el antiguo canto gregoriano. Se tenía la convicción de que cuando se entonaban estos cantos se impartía una bendición especial que ayudaba al desenvolvimiento de los rituales cristianos. Esta escala musical se perdió hace siglos cuando se sustituyó por la que conocemos en la actualidad. Se cree que estas notas tienen la capacidad de afectar a la materia y a la conciencia; la luz, el sonido y la materia son el resultado de diversas velocidades de vibración. Cuando vibran la imagen y el sonido en la conciencia del receptor se activan las propiedades descritas en ellos. Algunas frecuencias tienen la capacidad de mejorar la percepción de la conciencia, ya que inducen a que la mente y el cuerpo empiecen a resonar con ellas. Cada frecuencia realiza una función específica, por ejemplo, la frecuencia de 528 Hz relacionada con la nota MI de la escala musical se deriva de la frase “MIra gestorum”, que en latín significa milagro, y sorprendentemente es la frecuencia exacta usada por los bioquímicos para reparar el ADN estropeado, es decir, la espiral genética que contiene toda la información de la vida. Como manifestamos nuestra realidad de acuerdo con la manera con la que percibimos, atraemos hacia nosotros aquello que nuestra conciencia necesita aprender; es por esto que casi siempre estamos atados a una percepción que nos ciega la posibilidad de ampliar nuestro limitado punto de vista de la realidad. Toda curación e iluminación espiritual necesita una corrección de la percepción, tenemos que cambiar nuestro punto de vista para armonizarnos con la ley universal en lugar de luchar contra ella. La música puede favorecer esta integración, su vibración hace que podamos olvidarnos de nosotros mismos y aprendamos poco a poco a vibrar en tonos superiores de conciencia.

       Los sonidos del solfeggio incluyen nueve frecuencias, siendo las seis centrales y fundamentales las siguientes:

       UT (DO) – 396 Hz: frecuencia para disipar el miedo y la culpabilidad.

       RE – 417 Hz: frecuencia para deshacer las situaciones negativas y facilitar el cambio.

       MI – 528 Hz: frecuencia para la transformación. Reparación del ADN.

       FA – 639 Hz: frecuencia para la conexión y las relaciones interpersonales.

       SOL – 741 Hz: frecuencia para el despertar de la intuición.

       LA – 852 Hz: frecuencia para volver al orden espiritual.


ESCALA COMPLETA DEL SOLFEGGIO:






       Estos sonidos se utilizan frecuentemente como base en composiciones de música new age e, incluso, en melodías trance que suenan en discotecas. Escuchar sonidos del solfeggio como fondo durante sesiones de meditación o de recitación de un mantra, ayuda a facilitar la concentración y a potenciar los resultados deseados.