Una frase para la reflexión.

magiaEmpecé a dejar de morir cuando fui consciente de quien era yo. Morimos de muchas maneras, no sólo al dejar de respirar o cuando se para el corazón. Morimos cada día si no nos levantamos con ilusión y nos acostamos con desesperanza. Morimos cuando dejamos de aprender cada jornada y creemos que ya lo sabemos todo. Morimos cuando sólo miramos fuera de nosotros la razón para vivir, y buscamos motivos para ser felices en el concepto que tienen los demás de lo que somos. Morimos cuando dejamos de creer en nosotros mismos. Morimos cuando dejamos de estar en contacto con nuestra esencia, al dejar de ser conscientes de quienes somos.
Sólo depende de nosotros, de nadie y nada más, que dejemos de morir un poco cada día; al fin y al cabo, tanto la vida como la muerte, son lo que nos propongamos que sean, lo que creamos fervientemente que son.