El ajo, alimento indispensable.

ajosSeguramente el ajo es una de las plantas medicinales más conocidas desde tiempos inmemoriales. Esta planta ejerce efectos sobre numerosos órganos de nuestro cuerpo y sobre varios aspectos de nuestra fisiología. Las siguientes son las principales propiedades del ajo que han sido estudiadas científicamente:
• Ayuda a combatir un buen número de hongos, bacterias y virus.
• Reduce la presión arterial y el colesterol.
• Ayuda a reducir el bloqueo de las arterias y a reparar los daños causados por la arterioesclerosis.
• Ayuda a prevenir y aliviar la claudicación intermitente (dolor en las piernas al caminar causado por la arterioesclerosis).
• Actúa como antiinflamatorio.
• Su uso prolongado ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer.
• Ayuda a incrementar el nivel de insulina en el cuerpo, reduciendo así los niveles de glucosa en la sangre.
• Algunos estudios parecen demostrar que el ajo incrementa ligeramente el nivel de serotonina en el cerebro, ayudando a combatir el estrés y la depresión.

Maneras de tomar el ajo.

La forma en que se prepara y se ingiere el ajo es importante para lograr estos beneficios. El ajo crudo y el cocido poseen diferentes propiedades medicinales, es decir, algunos de sus efectos se producen con mayor efectividad ingiriéndolo crudo, mientras que otros se logran igual o mejor ingiriéndolo cocido.
Varios de los beneficios del ajo se deben a un compuesto llamado alicina que actúa contra numerosos virus y bacterias y que es considerado como uno de los más potentes antioxidantes conocidos. Sin embargo, esta sustancia no está presente en el ajo sino que se forma cuando la aliina y la alinasa, otros dos elementos que sí están siempre presentes, se combinan. Esto ocurre cuando el ajo es cortado o machacado, o en el caso de suplementos de ajo, durante el proceso digestivo. La alicina sólo dura unos minutos por lo que es importante ingerir rápidamente el ajo después de ser cortado o machacado. Al cocinar el ajo se destruye la alicina, pero en cambio se liberan otros compuestos como la adenosina y el ajoeno que poseen propiedades anticoagulantes y ayudan a reducir el nivel de colesterol. Los efectos antioxidantes de la alicina se deben a una sustancia llamada ácido sulfénico que se genera cuando la alicina se descompone. Otros vegetales como la cebolla contienen una sustancia muy parecida a la alicina, sin embargo su actividad antioxidante no se compara con la del ajo. Esto probablemente se debe a que este elemento no se descompone con la misma rapidez que la alicina.
Ya hemos señalado que la forma en que el ajo es preparado para el consumo y la manera en que lo ingerimos son de vital importancia para su efectividad. Existen numerosos suplementos a base de ajo que se venden en forma de cápsulas, algunos de ellos se anuncian como carentes del olor típico del ajo; estos productos son útiles para reducir el nivel de colesterol y otros usos pero no poseen propiedades antibióticas, ya que éstas dependen precisamente de los compuestos que le otorgan al ajo su característico olor.
Algunos de los beneficios del ajo, como por ejemplo la mencionada reducción del nivel de colesterol, sólo se logran tras varios meses de ser ingerido diariamente. Como existen tantos y tan variados preparados a base de ajo resulta imposible dar unas recomendaciones generales en cuanto a las dosis a ingerir, pero en cuanto a la forma natural, tomar uno o dos dientes de ajo diariamente puede otorgarnos importantes beneficios para nuestra salud. Masticar dos o tres hojas de perejil después de ingerir ajo puede ayudar a controlar el olor, aunque no lo elimina totalmente.